JHC, desde Guadalajara, México
Ayer domingo, Brian de Palma presentó en el Teatro Diana su última realización en el contexto del XXIII Festival Internacional de Cine en Guadalajara. Nos advirtió, que se trataba de una película «difícil, que mucha gente tilda como que no se puede ver». «Abróchense los cinturones ya que lo que verán ahora viene con turbulencias», dijo.
Y bueno, aparte de las turbulencias, es una cinta que marea, porque al igual que el estilo Dogma, está filmada en gran parte en video «casero», para emular el registro de un soldado en la Guerra de Irak. Efecto que en la pantalla grande, en lo personal me hace doler la cabeza.
Pero más allá de la textura de la imagen, la película es un manotazo de oso porque aborda un tema fuerte. Redacted se refiere a un texto que ha sido censurado o con partes tachadas, información que se conoce, pero que se ha reprimido de forma consciente. En el caso de esta película, esa información es acerca de la violación y asesinato de una niña de 15 años cometida por soldados norteamericanos en Samarra, pertenecientes a un pelotón de control de punto de acceso (checkpoint).
Locura, bestialidad, sin sentido y desolación es el amargo saldo que deja en el espectador. Además de la impotencia de corroborar que a Estados Unidos no le bastó Vietnam para incorporar un «nunca más» en ciertas materias geopolíticas.
Es muy probable que Brian de Palma haya hecho esta película como un gesto político más que por una búsqueda estilística. Una vía compleja para el director norteamericano que afirma que la mayor arma contra su cinta es en este momento la indiferencia de sus propios compatriotas.
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