Transantiago

Yo apoyo el Transantiago. Y aunque tiene debilidades evidentes, me esfuerzo por promover este proyecto que de verlo funcionar en su máximo potencial me llenaría de satisfacción. Chile hace tiempo que tenía una deuda en este tema. Hay un aspecto de autoestima colectiva que no podíamos ignorar. Cuántos malos ratos provocó el antiguo sistema de micros a todo el mundo, sobre todo el de la etapa de los buses amarillos. Porque al menos los antiguos, esos que parecían citronetas gigantes, con el motor adelante y decorados camp, eran estéticos y parte del paisaje icónico nacional.

No me gustó la cobertura de la televisión cuando el sistema fue lanzado. Me pareció demasiado denunciante, opinante y milenarista. Como si el caos total fuera a apoderarse de la ciudad, en circunstancias que el cambio cultural en esto es clave. Es decir, depende en gran parte de todos los habitantes de la ciudad. Hubiera esperado una televisión informativa, que orientara a los santiaguinos de los diversos aspectos del nuevo sistema, y que no se enfocara sólo en los desentendidos, pánicos y pormenores logísticos del cambio.

Tengo la esperanza de que esta vez el país no se autoboicotee y podamos por fin acceder a un sistema de movilización de estándar mundial, que funciona con dinero electrónico, puntualidad y eficiencia. Y que la pesadilla de las alcancías con ruedas, las carreras de verdaderos muros de fierro y el ruido ensordecedor queden en el olvido.

2 Comments

  1. Hola Alejandro. Te confieso que se me ha ido pasando el entusiasmo con el Transantiago, pero todavía tengo la esperanza de que se arregle. Es cierto lo que dices y todos lo sabemos, pero también creo que en su momento, en el lanzamiento, era necesario aportar con una cuota de optimismo. Las cosas están saliendo mal y pagarán los responsables, porque creo que las cosas siempre caen por su propio peso.

  2. De acuerdo en varios puntos, pero el tema es que el sistema está mal hecho.
    No se puede decir que es de estandard mundial esto.
    De acuerdo en que las micros amarillas eran basura e incluso mataron a muchos santiaguinos, pero muchas de ellas están circulando pintadas.
    Los recorridos que antes existían nacieron por las necesidades «naturales» de la ciudad.
    ¿¿Porqué eliminarlos, al menos porque eliminarlos todos si cubrían una necesidad de la población?? ¿Porqué no se conservaron algunos recorridos y se les asignaron máquinas nuevas?
    ¿¿¿Tú crees que en Alemania, Francia, Cánada o cualquier país que nos gusté como referente de desarrollo, se hubiese contratado a una persona que colapsó la ciudad y que por ello se le aplicó la Ley de seguridad interior del Estado???

    Para darse cuenta de estos puntos no hay que ser ingeniero o sociólogo.
    Puntualidad y eficiencia no existen en este sistema. Se acabó la pesadilla antigua, pero sólo por una nueva.

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