Gritos en la pared de Leonardo Ahumada

Por Jorge Hernández Cerda
* entrevista publicada originalmente en EAC MAGAZINE N° 3, Revista electrónica del Centro EAC Artes de la Comunicación de la Universidad Alberto Hurtado

Leonardo Ahumada, diseñador gráfico, es un defensor y vasto productor del histórico género del afiche hace más de veinte años. Titulado en la Universidad Católica con un proyecto acerca la ilustración y su comportamiento como diseño gráfico, actualmente forma parte del Colectivo Bloc y ha publicado en revistas como Diseño e Index Latinoamericano, además de participar en bienales tanto en Chile como en el extranjero.

Aún cuando Ahumada ha diseñado desde cajas de fósforos hasta imágenes corporativas, son quizás sus afiches – o «gritos en la pared»- los que han quedado en la memoria colectiva de muchos. Presentamos en esta sección de EAC magazine dos galerías con afiches realizados entre los años 1988 y 2001 y una entrevista acerca de su trabajo y de aspectos de una pieza gráfica con la que uno se topa mucho, pero de la que en realidad, se sabe poco.

¿Cómo fue que comenzaste en el diseño de afiches?
En la universidad, una de las cosas más importantes que me pasó fue vincularme con la actividad cultural y política de los años ochenta. Sin embargo, en la Facultad la visión de la política tenía más de arte que de ideología y esa combinación generó eventos y actos poéticos de una belleza que hacía un notable contraste con la ferocidad de la vida que se vivía en las calles. En fin, en ese contexto se realizaba un mítico café concert cuya historia en el ámbito universitario lindaba con la leyenda. Cada 15 días, en viernes, se juntaba la música, la poesía, el teatro, la plástica y se celebraba el «acto de crear». Para difundir esos eventos realizábamos unos afiches que luego se fueron haciendo tradición. Esa experiencia, junto con el conocimiento que iba teniendo de los ilustradores y afichistas de cuyas obras leía en paralelo con la actividad curricular normal (pasaba horas en la biblioteca hojeando revistas de diseño y arte) creo es la matriz de donde se nutre mi posterior relación con el género hasta hoy.

¿Qué status le asignas al afiche en relación a otras piezas gráficas?
El afiche tiene la característica de contar un cuento de una vez y suscitar en el espectador distintas sensaciones y connotaciones a partir del acto de vehicular una información. Siempre tendrá la carga de ser el guiño que el paseante se encuentra en un muro y que lo hace detenerse, a veces no porque el tema de que trate lo interpele, sino porque lo atrajo su forma. Puede llegar a ser un objeto plástico con valor en sí mismo y llegar a ser un fetiche, un objeto de culto, lo cual habla por sí solo de su importancia como objeto.

¿Qué estilos es posible ver en tus trabajos y por qué tendencias te sientes influido?
Es bastante evidente que he tratado de lograr una cierta relación entre el desarrollo de la ilustración y el afiche como pieza de diseño gráfico. También me ha importado trabajar el tema de las tipografías como dibujo, es decir, como imagen dentro de la composición, lo que pasa generalmente por dotar al afiche de una cierta autonomía y lograr que se revele como logotipo del tema al que alude la obra.

Acerca de las tendencias, es difícil precisar alguna en especial, pero siempre me llamó la atención la Escuela de Varsovia y su evidente influjo en la cultura europea desde la década de los sesenta en adelante. El hecho de considerar el afiche como un «evento plástico que se ve en la calle» creo que es muy marcador de una cierta manera de ver las obras y de enfocar el trabajo del afiche con una impronta de calidad artesanal, trabajado plásticamente y con una fuerte carga conceptual.

Hay además ciertos colectivos que han sido importantes como referentes, por ejemplo, el colectivo francés Grapus, creado en los tiempos revueltos de mayo del ’68, el colectivo Push Pin Studio creado por Milton Glaser y Seymour Chwast en Nueva York a fines de los sesenta y el japonés Tadanori Yoko, figura que también me atrae por el desarrollo de sus collages y como asume la tradición de la estampa japonesa. En materia de ilustración, André Francois y, por supuesto, Folon y los españoles Mariscal y Peret.

Cuéntanos algo de la historia del afiche y a quiénes destacarías en Chile…
El afiche y su historia tienen antecedentes muy variados y una complejidad que va de la mano con el desarrollo de los medios de reproducción desde el grabado y el desarrollo de la plástica. La progresiva facilidad que dio la litografía (Senefelder, 1796) para reproducir las obras de los artistas hizo que ellos se volcaran a la creación de imágenes que servían para anunciar eventos de espectáculos. Tolouse Lautrec es un buen ejemplo de ello, fascinado por las estampas japonesas que se comenzaron a conocer en occidente luego de la apertura de los puertos de ese país. De ahí en más, el crecimiento de la actividad publicitaria le da un papel protagónico al afiche para cautivar a los consumidores.

La mayoría de los hitos históricos del arte moderno, como el futurismo y el constructivismo tienen su correlato en los afiches de esas épocas.
Me gustaría resaltar el trabajo de la escuela Polaca (dirigida por Henryk Tomaszewski) y su influencia en el devenir del género en el resto del mundo, podemos llegar a admitir que su importancia es tal que marca una bisagra en el desarrollo del afiche contemporáneo.

En nuestro país no se puede dejar de destacar la obra de Allan Browne, Vicente Larrea, Rodrigo Baño (Concepción), Waldo González, Julián Naranjo, Guillermo Tejeda, Geraldine Gillmore y Pablo Lungenstrass (ambos miembros de «Bloc» en su momento) y tantos otros… hay una página denominada «El afiche Chileno» (www.elafichechileno.cl) donde se puede obtener más información sobre lo acaecido en nuestro país con respecto al afiche. También se puede mencionar la publicación del libro «Historia del Afiche Chileno», de Alejandro Godoy.

¿Cómo han impactado las nuevas tecnologías en el oficio de hacer afiches?
Yo creo que este particular oficio, va de la mano de todas las mutaciones y cambios que sufre o siente la comunicación y en especial el avance de las tecnologías y los procesos de producción. Aún así, pienso que el afiche es un reducto donde todavía se puede desarrollar un trabajo bastante manual y cercano al dibujo y su huella. Es más, creo que la proliferación de soluciones mecánicas y digitales que en el diseño se hacen por defecto, propicia el que sea cada vez más necesario contar con hallazgos que nos hablen de la impronta humana, de la mano, del pincel y del concepto que puede estar detrás de todo ello.

About Jorge Hernández C.

JHC New Media es el sitio Web de Jorge Hernández Cerda, Sociólogo UC y Máster en Sistemas Interactivos (MECAD, Barcelona).Creador digital en web art y editor de revistas electrónicas del sector audiovisual. Co-autor de la obra Mobile-Mobile, instalación de arte interactivo y telefonía móvil (Hangar, 2006). Diseñador de medios sociales Web para festivales culturales en México, Perú y Chile. Consultor en nuevas tecnologías de la información y la comunicación en organizaciones culturales e industriales. Docente en escuelas de Diseño, Comunicación y Sociología en diversas universidades chilenas. En mis primeros años de trabajo estuve vinculado al mundo de las grandes empresas siendo Project Manager del Grupo Santander Chile. Ahí lideré proyectos de comunicación digital como la implementación de Intranets. Más tarde comencé una carrera independiente en el desarrollo de medios digitales online y la docencia universitaria en el área. Fui webmaster del portal Universia y co-ejecutor de Danza Virtual, una de las primeras obras de web.art financiadas por el Fondart, Gobierno de Chile. Me perfeccioné en Barcelona, con un posgrado en Diseño y Artes Digitales. Vivo en Viña del Mar y trabajo en Santiago, Chile. En este sitio Web muestro los diversos proyectos a los que me dedico así como ofrecer un nodo de contenidos para la plataforma nacional e internacional en el ámbito de los nuevos medios. JHC New Media, como su logo indica, acoge dos cosas: por un lado, pensamiento convergente, estructural y algorítmico; y por otro, pensamiento divergente, creativo y sensorial.

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