Por Valentina Aldea Aninat
La metodología The Compass –La Brújula en español–, ideada por INDEX: Diseño para Mejorar la Vida®, fue incorporada exitosamente en el modelo educativo de los docentes de la Facultad de Diseño de la Universidad del Desarrollo (UDD), Jorge Hernández y Daniel Oliva, con el fin de llevar el aprendizaje del diseño a un nuevo nivel: generar soluciones a los 17 Objetivos de Desarrollo sostenible de las Naciones Unidas (ODS) con una metodología que les permitiera influir en la cultura del temprano siglo XXI y consecuentemente mejorar la vida de nuestra población, desde un foco global y sustentable.
Jorge Hernández, Sociólogo y Master en sistemas interactivos, y Daniel Oliva, Diseñador industrial y Master en innovación, han trabajado junto a estudiantes UDD durante los últimos cuatro años, guiándolos a través de diferentes versiones del Taller Integrado mediante desafíos de corte social, urbano y cultural. El segundo semestre de 2018, bajo el título de “Diseño en el Antropoceno”, la misión de los 18 alumnos del curso fue desarrollar proyectos disruptivos, futuristas e innovadores que presentaran soluciones frente al efecto del ser humano en nuestro planeta. No solo desde un prisma medioambiental, sino también social.
“Estos proyectos tienen un pie en el futuro. Son proyectos que podrían entrar en la categoría del design fiction”, aclara Jorge Hernández, quien destaca la importancia de la temática abordada: “Yo creo que el tema fue lo esencial. Afinamos una visión sobre el diseño como disciplina que está llamada a superar la sociedad de consumo con una base extractivista de la economía. Sin considerar conceptos de sustentabilidad es difícil imaginar el futuro de la sociedad globalizada”.
Según explica Daniel Oliva, la temática tuvo una gran conexión con la metodología La Brújula (The Compass), ya que tiene una mirada global del planeta, del ser humano y de la sociedad: diferente a la relación del design thinking y el usuario, el design to improve life trabaja con el humano. “Nos dimos cuenta que esta generación de alumnos está permeada por estos valores y, desde esta perspectiva, The Compass funcionó muy bien”, recuerda el experto en innovación.
En esa línea, se trabajaron proyectos como No+demás, un sistema de conexión entre el celular y refrigerador que permite que el consumidor revise su despensa a distancia, evitando exceso de compras y desperdicio de comida. También se dio origen a Kilómetro0, una app que conecta a interesados en comidas orgánicas –sin espacio para cultivarlas– con quienes poseen terrenos urbanos y patios cultivables, generando una relación virtuosa entre ellos. Otro proyecto fue ProNómade, el cual desarrolló una camisa diseñada en piezas que puede postergar su lavado al máximo, relacionándose al concepto de «ropa eterna».
También se originaron iniciativas como Plástico2, que intenta acercar a los padres y sus hijos a través de un juego de mesa en torno a la limpieza del plástico que contamina nuestro mar; y Basurómetro, un trabajo que cambia el concepto de basurero y permite –a través de una app– contabilizar los residuos de una familia, aportando a una vida consciente. Finalmente, otro proyecto que se desarrolló en el taller fue Aguacero, una app que educa a las personas en el cuidado de sus jardines, orientándolos a usar la menor cantidad de agua posible.
El Taller Integrado de Oliva y Hernández se desarrolló con la metodología La Brújula, pasando por sus cuatro pasos: Preparar, Percibir, Prototipar y Producir. Siguiendo métodos originales de INDEX, los profesores facilitaron el proceso creativo con espacios de enseñanza poco convencionales, correspondientes al modelo, desempeñándose como Escultor, Participante, Consultor y/o Coach. “La metodología tiene una parte técnica, pero también hay un tema de manejo humano de los talleres, para subir el estado de ánimo, bajarlo, permitir interacciones entre todas las personas, que compartan sus ideas, que los alumnos valoren lo que dice el otro”, destaca Oliva.
El singular método de la técnica fue clave al momento de involucrar a los alumnos, quienes tomaron la temática a discutir y la trabajaron con dedicación. “Para los alumnos fue significativo en términos de conciencia, de cambiar la conciencia”, afirma Hernández y dice que “al estar bajo el paraguas de los 17 ODS, esto es desafiante para todas las profesiones, disciplinas y sectores productivos. Totalmente partner con las comunicaciones, con los negocios y la ingeniería. Es tan abierto como el design thinking pero con mayor profunidad de contenido. Este último podrías aplicarlo para mercadear un producto comercial, pero el Design to improve life de INDEX dice ‘bueno, pero hazte una doble pregunta: ¿Esto lo necesita el planeta? ¿Lo necesitan las personas para mejorar su vida?”.
Cuando Daniel Oliva se refiere a los proyectos que surgieron del Taller Integrado, dice que tienen mucho potencial para aplicarse en nuestra sociedad, de forma real y concreta. “Todos los proyectos que se desarrollaron podrían llegar a la calle y con perfecto éxito, porque los match ya están hechos”, aclara el diseñador y dice que lo único que los detiene en su aplicación es el apoyo de instituciones y de un sistema que realmente potencie la innovación, lo que se puede ver en países como Estados Unidos, pero que aún no llega a Chile.
“Yo creo que es el mejor taller que hemos hecho con Daniel”, confiesa Hernández y afirma que no hay duda en que como dupla piensan seguir aplicando La Brújula en el taller, profundizando en ella, aplicando más técnicas y afinando el proceso. Porque esta metodología tiene potencial para liderar la búsqueda por una mejor vida, donde el diseño renueve su ADN y adapte su foco a los nuevos tiempos.