Actitud y tecnología en la Web 2.0

La Web 2.0 nace del concepto de interoperabilidad entre el usuario y los sitios de internet, en contraste con la pasividad de los consumidores frente a la información proporcionada por sitios online.  De esta forma, el término surge como un fenómeno social basado en la interacción que se logra a partir de diversas aplicaciones que realizan los usuarios dentro de los sitios web. Sin embargo, el desarrollo y posterior aplicación de este modelo, se ha debido enfrentar a concepciones ideológicas que han abierto el debate sobre la verdadera naturaleza de este fenómeno comunicacional.

La idea de la web 2.0 surge en el año 2001. Su descubrimiento tiene cabida luego de una sesión de brainstorming realizada entre MediaLive International y O’Reilly. Dale Dougherty, vicepresidente de esta última, se percata del importante posicionamiento que está alcanzando la web gracias a la inclusión de nuevas aplicaciones y herramientas de interacción. En 2005, Tim O´Reilly define los elementos  claves de este concepto: la web como plataforma, arquitectura de participación, innovación, inteligencia colectiva, modelos simples, ampliación de dispositivos y experiencias enriquecedoras son los elementos ejes del término.

Sin embargo, con el tiempo se cae en una discusión referida al carácter o naturaleza de la web 2.0. ¿Actitud o tecnología? Esa es la pregunta que se ha intentado responder desde los orígenes del concepto y que expone O´Reilly en su documento  Qué es Web 2.0. Patrones del diseño y modelos del negocio para la siguiente generación del software. Hay quienes señalan que, este sistema, no es más que un resultado del ejercicio del marketing en donde, prima más la marca comercial que el fenómeno comunicacional. Por otra parte, existe la férrea convicción de que pertenece a un adelanto tecnológico. Y finalmente, hay quienes defienden que se trata de una actitud y no una tecnología.

Personalmente, creo que O´Reilly acierta en su apreciación. Él señala que el concepto no tiene límites definidos, sino que es un núcleo gravitatorio de prácticas y principios. Respecto a esto concuerdo completamente, ya que supone una mezcla de adelantos tecnológicos junto con un cambio en la cultura cibernauta. Cuando nos referimos a la Web 2.0 hablamos de un término que engloba una serie de aplicaciones y páginas de internet que utilizan la inteligencia colectiva para proporcionar servicios en la red, en donde el usuario controla sus datos.

Por tanto, a la aparición de herramientas que permiten una mayor interactividad, se suma el perfil de un nuevo usuario interesado por hacer uso de esas técnicas y tener mayor control de la web. Esto queda de manifiesto si recordamos que el fenómeno tecno-social se populariza a partir de sus aplicaciones más representativas; tales como Wikipedia, YouTube, Flickr, WordPress, Blogger, MySpace, Facebook, OhMyNews, y de la sobreoferta de cientos de herramientas intentando captar usuarios  que, a su vez, sean generadores de contenido.

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3 Responses to Actitud y tecnología en la Web 2.0

  1. oscar.molina says:

    ¿Cual de las herramientas que describes, es la que reúne mayores características de la web 2.0 y por qué?

  2. Creo que Wikipedia es un muy buen ejemplo de este fenómeno. Esta herramienta permite interoperatividad entre el usuario y los contenidos de la red, hace posible que un consumidor pase a ser un productor activo y, además, esta plataforma logra que se utilice la inteligencia colectiva para proporcionar, actualizar y regular los datos que entrega el portal web. En definitiva, son los usuarios los que generan contenidos y mantienen el sitio operativo.

  3. Buen post Anto. Es indudable que la Web 2.0 ha proporcionado importantes herramientas a los usuarios para participar en la construcción del presente social. Los roles de emisor y receptor se alternan para dar lugar a los medios sociales. Sin embargo, ante este boom de participación activa surge el paralelo entre calidad/cantidad de información. Como mencionas en el post todos nos volvemos generadores de contenido, la creación de la agenda social ya no queda relegada a los periodistas, sino que es una tarea de todos. ¿No crees que es un peligro publicar todo lo que todos quieran decir? ¿Hasta qué punto la contribución de los ciudadanos se puede convertir de una democratización del contenido a un balbuceo de contenidos de mala calidad y poco análisis?

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