Transformers, cariño por las máquinas

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Foto: JHC. Juguete: Pedro Hernández, 1989

Aunque nunca fui fanático de los Transformers (a mi hermano menor le pegó mucho más fuerte la moda de los autobots), ayer me di de esos gustos personales y solitarios yendo a ver esta geek película. ¡Cómo dejar pasar la oportunidad de revisitar en la pantalla grande uno de los grandes animeé de los ochenta!

Primero que nada, resumo en pocas palabras el aspecto narrativo que pesa menos que el archivo txt de este artículo: el tímido estudiante de «college» que accidentalmente desencadena la trama, la chica guapa que se termina enganchando de él, el amigo fiel, el policía malo, los papás histriónicos, el amigo nerd.

Segundo, la parte software. Me encontré con un festín de efectos especiales de última generación, robots sofisticadísimos haciendo artes tecno-marciales, una rapidez increíble para cambiar de forma, mutar, adaptarse. Los Transformers no son seres tecnologizados, son la tecnología en sí misma, en un alto nivel de complejidad y que curiosamente han desarrollado sentimientos nobles y hasta compasión por la humanidad. Los Transformers son héroes de metal, son robots que surgen de artefactos que cotidianamente transitan por la retina humana tales como automóviles, aviones, radios, camiones. Se desplazan a máxima velocidad en su estado oruga, por las calles de la ciudad. Cuando deben combatir, renuevan su aspecto en una sucesión mágica de piezas que se expanden, se doblan, se afinan, se tuercen hasta conformar un gigantesco robot. Optimus Prime, el líder de los buenos, es el máximo guerrero mecánico. Los Transformers son hardware altamente flexible, orgánico, con una luz intensa en los ojos, como fina aura de leds. El ser artificial por excelencia.

Todas estas cualidades no son sino una imperdible invitación a encariñarse con los Transformers como si fueran mascotas, con un nivel espiritual latente, no humano, pero apto para una interactividad emocional. La única razón para ir a ver esta película es la oportunidad de apreciar la gestualidad de estas bestias metálicas en proyección de cine y no con look de Nintendo, que es lo que pasa con las tres nuevas películas de Star Wars, que cuando las pones en el televisor dan ganas de mover a los personajes y hacerlos pelear como uno quiera, perdiendo toda dignidad narrativa y adscribiéndose con creces al término «infantilización del cine».

5 Comments

  1. por fin un foro donde no hay niñitos apestosos con pataleta hablando mal de la pelicula, me gusto bastante ya que camino al cine me imaginaba que pasaria, que es lo que veria y por supuesto quede contentisimo con la pelicula, ahora, el tema de la profundidad y la pregunta de si las maquinas pueden tener al menos algo de sentimientos, es dificil tratar estos temas en estas peliculas, no es que no sea posible, lo es, pero como mostrar apàrte de la trama, las batallas, el drama humano y toda una historia anterior , una profundidad filosofica de los sentimientos en las maquinas. buscar estos en los transformers es un error, se da por hecho. lo dejamos a la imaginacion. ahora si hay una pelicula que aborde tan bien y con tanta profundidad el tema del existencialismo futurista en los ciborg, lejos es ghost in the shell, he incluso aun discutimos con mis compañeros ideas y conceptos mostrados en la pelicula.

  2. Es verdad, los japos tienen cosas de buenísimo nivel. Gattacca, aún cuando tiene episodios algo naive, logra cierto efecto-nostalgia interesante. Me quedé pensando en lo que conversamos hoy respecto a que probablemente se ocupó en los Transformers motion capture para los movimientos.
    De Minority Report rescato las interfaces de navegación que aparecen, una web holográfica que se navega con guantes en un espacio de profundidad, algo muy lejano al híbrido arcaico del PC.
    Y Akira, bueno, un clásico indispensable.

  3. solo para la discusión, hay algunas que son más sofisticadas, creo que Codigo 46, Gattaca, hasta en ciertos aspectos Minority Report, Matrix, y Yo Robot. Lo que si, hay que hacerle un giño a la animación japonesa, allí en mi opinión hay un espesura conceptual un poco más trabajada en ciertas producciones, bueno Akira, Gosth in the shell, Evangelion… que se pueden tomar como muestras. Y por supuesto en el clásico Metrópolis de Lang.

  4. Hola Simón, gracias por escribir. La verdad es que creo que no es posible pedirle a este tipo de producciones que tematicen a un nivel más profundo la cultura cyborg y la inmensa literatura existente en torno a ella. Blade Runner fue prácticamente un accidente y es difícil encontrar películas que armonicen la ciencia ficción con aspectos existenciales del futuro. Quizás no queda claro en el artículo, pero el ejercicio que hice fue bloquear la narrativa basura de la película y concentrarme en la visualidad que propone. Una vez hecho esto, es posible al menos, pasarse la película que uno quiere, no la que intenta vender la producción.

  5. Hola Jorge:

    Bueno, también fui a ver la película y más allá de los efectos especiales, el tema de que las máquinas son afables hacia los sentimientos humanos, creo que es una temática que debiera de trasformarse, ya que, el cine de ciencia ficción más comercial no ha podido a nivel temático, complejizar estos puntos, y ver una nueva dimesión de esta problematica, por eso, al igual que tú me quedo muchos más con el placer de saber como se hizo la película, los efectos y sus partes técnicas, pero no con lo que quiere decir ni dar a entender.

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