Videodanza en el Sur de Chile

Entre los días 8 y 10 de octubre pasado se realizó en Puerto Montt vd_Observatorio, un encuentro de videodanza en el que este lenguaje híbrido entre lo audiovisual y la danza hizo de anfitrión para acoger diversas temáticas contemporáneas relacionadas al arte y la cultura. Una extensa muestra audiovisual, charlas y un taller fueron las actividades que por primera vez tuvieron lugar en la Universidad Santo Tomás y, para ser más exactos, en la décima región.

Quien les escribe tuvo la oportunidad de tomar el taller a cargo de la argentina Silvina Szperling, directora del Festival Internacional VideoDanzaBA. Desde ejercicios corporales, hasta la toma de videos en un espacio abierto, la actividad me dejó a la vista la punta del iceberg que es el videodanza, una disciplina que evoluciona continuamente y que fusiona de una manera grácil y rizomática el cuerpo y la imagen móvil. Esto no es danza filmada ni películas de danzantes. Es la intersección de ambos mundos, que da origen a una simbiosis única, en la que cada gesto multiplica sus posibilidades en su interacción con la cámara, en la que el espacio adquiere una nueva connotación, en la que la fragmentación del sentido se unifica gracias al poder articulador del cuerpo. En el videodanza, la libertad en el relato parece ser un requisito expresivo, que toma sólo lo necesario de la estructura cartesiana del cine para su construcción dramática. En esa punta de iceberg, finalmente, surge la pregunta por el futuro del videodanza, por las restricciones que impone su nombre, por el significado del video, por el estatuto de las texturas digitales y analógicas que se plasman en la pantalla y su obligación de referirse a ellas para definirse: ¿cómo se defiende este arte frente a la imposición de etiquetas tecnológicas que hoy más que nunca cambian radicalmente? ¿cómo llamaremos a la intersección de los medios de hoy con el cuerpo en movimiento?

También fui invitado a dar una charla que titulé «Nuevas tendencias de la Web y su impacto en la audiovisualidad». La idea era poner en contexto el videodanza, como un lenguaje inmerso en una cultura audiovisual, y revisar los actuales fenómenos de masas en Internet, que se han rotulado como parte de la «Web 2.0», citando ejemplos conocidos por todos como YouTube. En la charla se revisa la creciente complejización de las narrativas audiovisuales, propiciada por el encuentro de la imagen en movimiento y la informática, y cómo este entorno de relatos laberínticos (cada vez más de moda) empalman con la vida cotidiana actual, en la que la exposición a los multimedios interactivos nos proponen nuevas maneras de mirar la realidad.

Felicitaciones a Paula Hernández (mi hermana) por la organización de este evento, que estimo como muy necesario que se repita. La verdad es que montar un encuentro de estas características, que aborda temáticas avanzadas, en un verde y aún sostenible entorno como el Sur de Chile es una experiencia altamente recomendable. Llevar prácticas artísticas contemporáneas hacia los confines del mundo, es sin duda una estrategia de desarrollo-país replicable, difundible e imitable.

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