Concluyó el ciclo de diálogos que han tenido lugar en el marco del Festival esta mañana, con el diálogo De la literatura al cine, el cual se presentó a manera de homenaje al principal invitado de esta edición del Festival, Mario Vargas Llosa. En él, participaron el director de cine Francisco Lombardi; y los miembros del jurado María de Medeiros, Marcelo Piñeyro, Silvio Caiozzi y Edouard Waintrop, quienes han vivido de cerca el vínculo entre los dos géneros.
La pregunta que articuló las intervenciones estuvo dirigida a la actitud con la cual un cineasta debe abordar una obra literaria preexistente. Los participantes concordaron en que no existe una fórmula precisa al respecto, dieron diversos testimonios que partían de sus experiencias y tomaron con agrado las participaciones del público. Sobre el tema, Mario Vargas Llosa recalcó que lo que debe primar en esta acción es la libertad del cineasta, pues es la libertad la característica que debe prevalecer en cualquier obra de arte. Por esa razón, explicó, prefiere no intervenir en las adaptaciones de sus novelas. Sin embargo, destacó que para él es importante que el espíritu de su obra quede reflejado en la versión cinematográfica, y contó, haciendo gala de sus dotes narrativos y un gran sentido del humor, su experiencia cuando intervino en la primera adaptación de Pantaleón y las visitadoras, la cual calificó de desastrosa.