Es por esta razón que el caso de Second Life es un tema que merece unas líneas como aplicación virtuosa en la experiencia del usuario. Se trata de un juego virtual en donde existen personajes (Avatars o AV), que son personajes en 3D que son configurables, lo que permite a los usuarios convertirse en otra persona y gozar de una segunda vida. Esta capacidad virtual, significa explorar este nuevo mundo, y de esta manera poder conocer a otras personas y poder realizar acciones de acuerdo a sus gustos.
Su segundo atractivo más importante es la posibilidad de crear objetos e intercambiar diversidad de productos virtuales a través de un mercado abierto que tiene como moneda local el Linden Dólar, medios de transportes, tiendas y hasta eventos culturales.
A pesar de que esto pueda representar a simple vista un juego de entretención y perfecto para el ocio, se ha convertido en un tema conflictivo pues ¿Es posible imaginarnos que este novedoso e ingenioso juego virtual ha sido el causante de separaciones de matrimonios? La respuesta, resulta ser afirmativa.
Tal como lo informa la agencia Reuters, Amy Taylor una ciudadana británica de 28 años, ha iniciado los tramites de divorció con su marido, David Pollard de 40 años, al descubrir que éste comprometía su situación sentimental a través del juego virtual con otra avatar, la que había conocido recientemente en las salas de chat de dicho entorno virtual. Además también la joven norteamericana había descubierto con anterioridad que su marido, había contratado los servicios de una prostituta virtual. Si bien es posible hablar de actitudes poco honorables por parte de David, ¿Es posible encontrar una separación entre el mundo real y el sistema virtual donde sus participantes son avatares?, el caso es que la muchacha consideró este engaño tan grave como si el acto se hubiese consumado en realidad, pese a que existen claras separaciones geográficas entre los comprometidos.
Este caso deja al descubierto la manera en que las nuevas tecnologías están cada día más insertadas dentro de nuestro mundo cotidiano. En donde existe un punto, en que es casi imposible encontrar una clara separación de lo que es real y virtual.
No creo que el hombre pueda separar su vida en áreas de interacción. Todo los que se produce fuera del hogar, tiene una relación con lo que pase en su interior. De la misma manera, la proyección de tus deseos en una herramienta digital, tiene consideraciones en tu vida en general. Taylor puede haber exagerado, pero tampoco puede quedar estática frente a la situación. ¿Qué habrías hecho tú?
Bueno tu post, muchas veces escuchamos de parejas que han terminado por culpa de otra “pareja” virtual que conocieron por un chat, facebook o por alguna de las aplicaciones que nos ofrece hoy la web 2.0, sin embargo este juego va mucho más allá y convierte en realidad acciones, personas, objetos, etc. en donde el cibernauta se involucra mucho más. Tal como lo dice oscar arriba, cualquier cosa que suceda fuera del hogar, como en este caso las infidelidades de David a través de Second Life, tiene plena relación con lo que sucede dentro su matrimonio y su vida, por ello la decisión de Amy según mi parecer fue la adecuada.
Tenemos claro que hoy las nuevas tecnologías nos permiten estar más conectados y cada día se insertan más en nuestra vidas, por ello debemos tener conocimiento de éstas para saber donde poner límites y hasta donde debemos involucrarnos, ya que hoy internet da para todos los gustos y necesidades. Frente a esto hay que mantenerse atento a lo que sucede y a lo que estamos expuestos.