El poder de estar ahí

Las cámaras pasaron de ser enormes e incómodos  aparatos a pequeñas y portátiles maquinas.

Los primeros modelos consistían en dos grandes cajas de madera que se deslizaban una dentro de otra para enfocar. En un extremo se hallaba el objetivo y en el otro un vidrio que hacía de pantalla de enfoque y que, luego, se sustituía por la placa fotosensible al hacer la toma. La máquina se usaba siempre sobre un
soporte y no pudo sujetarse a mano hasta que no se lograron películas lo suficientemente rápidos como para contrarrestar las vibraciones del pulso. Resultaba ser algo bien tedioso, esto debía ser cambiado,  la usabilidad se tuvo que transformar en algo que fuera fácil de usar, que no entorpeciera tus movimientos, que sea  movible y pequeño

 En 1885 aparecieron las primeras cámaras que fueron consideradas portátiles, kodac lanza una campaña con un particular eslogan “Usted apriete el botón, y nosotros hacemos lo demás”, la cámara se transforma en un objeto que a pesar de su complejidad tecnológica la gente la ve de una manera indiferente y despreocupada como una máquina que funciona con un botón, como dice Jorge Luis Marzo: “El universo del “push-botton living” (la vida a través del botón), como la gente empieza a interactuar con objetos atreves de un solo botón, una vida pasiva donde la maquina hace las cosas por ti, donde la complejidad de una maquina pasa a ser un botón.

El nuevo concepto de portabilidad y comodidad de las cámaras provoco un cambio en la forma de vivir de en las personas, el hecho de registrar un momento con solo un botón cambio la forma de entregar información, de reportar, de contar, de recordar, la gente empieza registrar momentos únicos, viajes, cumpleaños, matrimonios, etc, pero también hechos que cambiarían la historia, imágenes asimiladas socialmente que cambiarían la forma de ver el mundo, imágenes que cambiarían la forma de pensar, unirían gente y/o también las separarían, moverían masas.

A partir de 1936 comenzaron a aparecer cámaras más parecidas a las actuales.
Las cámaras de la actualidad han evolucionado tanto que caben en un teléfono celular y con esto el sacar y compartir fotografías a llegado al punto donde llevas tu cámara a todas partes y la puedes compartir automáticamente, compartirlo atreves de la redes sociales, dando poder inimaginable a la cámara, más bien dicho a las fotografías, donde una foto hoy día puede dar vuelta al mundo en un par de minutos y ser divulgado hasta cada rincón del planeta.

Una cámara en el momento preciso y en el lugar indicado puede ser el testigo de grandes hechos, puede cambiar la historia.