La importancia de producir y compartir: una mirada a las leyes sobre derechos de autor SOPA y PIPA

Clay Shirky, experto en redes sociales, nos habla de esto y más en TED Talks, “¿Por qué SOPA es una mala idea?”

No hace falta ser un estudioso del asunto para saber que internet, desde su popularización en la primera década del siglo XXI, se ha convertido en el principal recurso mediático de comunicación entre las personas. Basta con encender el botón del televisor y observar que todo el contenido que estamos viendo ahi, ya se encuentra online en alguna parte, milimétrica, dentro de esta red de conexiones alrededor del planeta. Encuentro que la analogía que hace Manuel Castells, al comparar los productos que generamos la personas día a día en internet con una nota dentro de una botella flotando en un océano virtual, es la viva imagen de lo que ocurre en la actualidad. La interacción entre los actores en la red forma una serie de opiniones, ideas, sentimientos y emociones que se hallan constantemente en movimiento, la que se encuentra propensa a ser decodificada por cualquiera de los miles de millones de usuarios que hacen uso de este medio. Quizás, la idea de una botella solitaria no se ajusta muy bien para explicar la magnitud del asunto. En este sentido habría que invertir la relación, para poder afirmar que en realidad estamos frente a un mar de botellas con una infinidad de notas, donde prácticamente no se puede distinguir el océano mismo.

Sin embargo, bajo toda esta imagen pública en la que interactuamos constantemente en nuestra vida cotidiana, se ha estado librando una batalla gigantesca por alcanzar la hegemonía de este medio: Los gobiernos y la gran industria, por un lado, y los millones de usuarios, por el otro. Las personas, en palabras de Castells,

“se han dado cuenta del rol crucial del nuevo sistema multimedia y sus instituciones reguladoras en la política y la cultura de la sociedad. Estamos asistiendo en algunas zonas del mundo…a movilizaciones sociales y políticas que intentan establecer cierto grado de control de los ciudadanos sobre los controladores de la comunicación, reafirmando el derecho de los primeros a la libertad en el espacio de las comunicaciones.” (Castells, 2009, pp. 91)

Y esto, como podríamos esperar, tiene a ciertas empresas de la industria mediática bastante molestas.

Esto es precisamente lo que ocurre con la ley SOPA y PIPA, las cuales han sido bastantes controversiales en el último tiempo, ya que son estas el reflejo de cómo este medio de comunicación, utilizado masivamente por personas alrededor de todo el mundo, está constantemente siendo vulnerado. Clay Shirky, experto en redes sociales, nos habla de esto y más en TED Talks, “¿Por qué SOPA es una mala idea?”.

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Shirky nos introduce al tema hablándonos de que, desde siempre, el ser humano ha tenido esa maravillosa capacidad de compartir: compartir experiencias, pensamientos, opiniones, etc. Pero sobre todo, enfatiza en las motivaciones que tenemos las personas por compartir nuestras propias creaciones. Internet en este sentido es una plataforma del compartir. Traducimos una cantidad gigantesca de información (fotos, videos, textos) que encontramos interesante, la cual finalmente condicionaría, de cierta manera, nuestro interés por crear y compartir dicha información.

Con esto, surge lo que el autor denomina como el “Remixing”, concepto que se crea en la década del ochenta – noventa para referirse a todo material editado por personas amateurs y compartido/distribuido hacia los otros. Solo para hacerse una imagen mental más acertada del concepto: lo que en ese entonces era grabar un video desde la televisión a la video casetera (VSH), hacer un mix en un casete con canciones de la radio, piratiar un libro, son ejemplos de remixing. En la actualidad está claro que casos como estos están obsoletos. En su lugar vemos videos de YouTube publicados en los muros de Facebook, descargas de películas de DVD Blue-ray al computador para ser transformadas en archivos Torrent que se depositan en los sistemas de almacenamiento digitales, la descarga de discografías completas, etc. El problema, dice Shirky, es que, precisamente, el remixing es el principal enemigo de las industrias, tanto mediáticas como de entretenimiento y muchas más,  por razones que se consideran bastante evidentes. Sin embargo, éste nos explica que la situación del copy right no es el problema de fondo, sino el resultado de un proceso que se viene gestando hace ya algunas decantadas.

La televisión, en mayor medida, fue y sigue siendo el medio de comunicación más utilizado por las personas alrededor del mundo. Con la llegada de internet, la televisión se vio vulnerada en el sentido de su influencia sobre las personas, su capacidad de transmitir la información, ya que esta estaba acostumbrada a un formato unilateral de emisión, en contraste con internet que es interactiva. Es este último elemento lo que hace que las personas se sientan tan atraídas a los medios de comunicación digital que entregan una conectividad inmediata con el mundo, es precisamente este factor el que la televisión no ha podido lograr (al menos hasta hace unos años, ya que ahora los Smart Tv han aumentado considerablemente su popularidad). Entonces ¿qué significa que las audiencias salgan de su monótona relación con el televisor y el control remoto, para situarse en un medio donde ellos tienen la facultad de escoger lo que se desea, y no lo que se dispone? Significa que la industria del entretenimiento, estrechamente relacionada con la industria mediática, ve vulnerado su poder.

Es por esta razón que desde las década del ochenta se ha llevado a cabo una campaña monstruosa por parte de las empresas que componen esta industria por censurar y sancionar a quienes transgredan los derechos de autor en internet. La historia de fondo de este problema, en palabras de Shirky, es que

“SOPA y PIPA, como legislación, en gran parte son producto de las empresas de medios fundadas en el siglo XX…grabadoras, casetes, incluso las fotocopiadoras abrieron nuevas oportunidades para que compartamos de formas que asombro a las empresas de medios. Porque resulto ser que no somos realmente adictos a la Tv. No nos gusta solamente consumir…cada vez que aparecen nuevas tecnologías, también nos gusta producir y compartir. Y eso asusto a las empresas de medios…por eso las industrias de medios rogaban, insistían, exigían al congreso que hiciera algo.”

Así el congreso promovió la ley de grabación de audio de 1992. Pero esta medida no fue suficiente. La industria quería salir de la dinámica de acción en ámbitos de lo legal y lo no legal, para incidir netamente en el sentimiento de compartir en sí. Precisamente, el escenario ideal de la industria es que las personas no compartan. Con esto, las industria mediática insististe en la generación de una nueva ley que los aydue en su cometido. Así, en 1998, se formula la ley de Derechos deAutor en el Milenio Digital. Ante esto Castells nos dice que,

“Efectivamente, la Ley de derechos de autor en el milenio digital de 1998 representaba una seria amenaza para la cultura de la remezcla que está en el origen de la creatividad en la era digital. Aunque el arsenal legislativo tuvo efecto intimidatorio sobre los usuarios de Internet, no fue capaz de impedir la insurrección masiva (de decenas de millones) de usuarios/productores de contenidos contra lo que se consideraba un secuestro de la cultura digital libre por parte de los oligopolios de los medios” (Castells, 2009, pp.148)

Esta ley, junto con otra seguidilla de leyes, fue el desencadenante principal de que ahora se esté considerando como opción viable por el congreso de los Estados Unidos las leyes SOPA y PIPA. Estas apuntan a entrar en los sistemas de información digital y sencillamente sacar del propio sistema a quienes no compartan con las decisiones de copy right tomadas por la medida en cuestión. Aquí los mismos legisladores son las plataformas interactivas de cambio de información, como Youtube, Facebook y otras páginas con un sentido social. Para hacerse una idea de lo que es esta ley, a futuro si, por alguna razón te gustaría compartir una canción en tu muro de Facebook de tu banda favorita, corres el riesgo de que tú, como persona, seas sancionada y desplazada del sistema de internet. En definitiva, en palabras de Shirky,

“No quieren distinciones legales, entre intercambio legal y no legal. Quieren que el intercambio se acabe. PIPA y SOPA no son rarezas, no son anomalías, no son eventualidades. Son una vuelta de tuerca más del engranaje que ha estado actuando durante 20 años. Y si lo derrotamos, como espero que suceda, hay más…porque ese es el mensaje de PIPA y SOPA. Time Warner quiere que todos nosotros volvamos al sofá a consumir-no a producir, ni compartir- y deberíamos decir “NO””

La problemática que se expuso en los párrafos anteriores nos lleva a replantearnos el significado mismo del uso de internet. No es por nada que las grandes industrias, no solo de entretenimiento, sino una gama extensa de empresas que abordan ámbitos primordiales como la alimentación, la salud, la política, etc. están viendo con ojo crítico todo el movimiento que ocurre dentro de este mundo, de esta extensión de la realidad. En el caso de Chile podemos ver la importancia que ha tenido la internet para compartir, y con ello evidenciar, muchos de los problemas que han desatado movimientos sociales en cuanto a coyunturas importantísimas en la historia contemporánea de nuestro país. El movimiento estudiantil y de oposición a Hidroaysen, las marchas en apoyo a los comuneros Mapuches y al desabastecimiento de alimentos en la región de Aysen, surgieron en buena medida por la organización de la población en las redes sociales. De esta manera producimos y compartimos nuestro conocimiento, y lo consolidamos en este caso, para dirigirlo hacia acciones concretas que podrían traer cambios radicales en nuestro entorno. Es por esta razón que internet tiene que ser resguardada de leyes como PIPA y SOPA, así mismo como ante la acción empresarial y gubernamental. Debemos mantener la libertad de expresión y de contenido aún vigente, ya que, queramos o no, es esta la forma en que nos organizaremos e interactuaremos con este nuevo medio. Ante esto, Castells acierta cuando dice que,

“…a pesar de la regulación, Internet sigue creciendo como el medio de comunicación local/global y multimodal de nuestra época. Pero sufre, como todo lo demás, la presión implacable de dos fuentes fundamentales de dominación que todavía planean sobre nuestra existencia: el capital y el estado.” (Castells, 2009, pp.164)

 

  • Castells, Manuel. (2009), “Comunicación y Poder”. Capítulo 2, «La Comunicación en la Era Digital”. Madrid: Alianza Editorial.
  • Clay Shirky: Why SOPA is a bad idea, Ted Talks – Media (topic)

 

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Una respuesta en “La importancia de producir y compartir: una mirada a las leyes sobre derechos de autor SOPA y PIPA

  1. La discusión que ha puesto sobre la mesa la tensión de la que hablas -la oposición de las instituciones gubernamentales, internacionales y globales de protección a los derechos de autor a la tendencia, a estas alturas imparable, de los usuarios de internet a compartir y consumir cultura sin costos- tiene a muchísima gente movilizándose, ya sea en contra o a favor.

    Internet está siendo un espacio de asociación, una plataforma de vínculo social, de organización y solidaridad en muchos casos. Eso, aunque suene conspirativo, parece poner nerviosos a «los poderosos».

    Hay quienes han entendido de mucho mejor forma este fenómeno y, lejos de oponerse y poner restricciones al consumo mediático y cultural en internet, han optado por innovar y construir nuevas maneras de hacerlo; gestionando proyectos y modelos de negocios que se apropian de estas conductas de consumo para fines positivos.

    Por ahí va la cosa. ¿Cómo hacemos para aprovechar las potencialidades de internet y convertir su uso en algo provechoso?

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