Her, escrita y dirigida por Spike Jonze, consiguiendo el Oscar(2014) por el mejor guión original, esta película se desarrolla a través de la historia de amor entre un humano y una máquina, en un futuro, pero no tan distinto a actual, planteándose cuestiones del presente, del aquí y el ahora. La relación que tenemos con la técnología: ¿Nos conecta o nos aleja del mundo real? ¿Es un escape necesario para no afrontar la realidad? ¿Nos aisla o nos une? ¿Somos seres sociales o anti-sociales?
Analizando Her se muestra como el mercado ha desarrollado una progresiva especialización y también individualización casi personal, pareciendo ser el gran lema: a cada consumidor, su producto. Es lo que se pone en evidencia, que la producción en masa se basa actualmente en la exclusividad y la convicción del consumidor a saberse único y singular. El protagonista cree tener una relación especial con Samanta, su OS, hasta cuando descubre que miles de otras personas mantienen algún tipo de relación similar con el mismo sistema operativo y que prácticamente, Samantha está enamorada de muchos de ellos. En esta escena se ve la gran metáfora del capitalismo de consumo en la era de desmaterialización absoluta, y en el cual el producto se adapta a los deseos, necesidades y la personalidad de su consumidor. Una vez ya visto el capitalismo como un modo de producción dominante, y con la casi inexistente capacidad de llegar a imaginar alternativas, sus modos de colonización de la subjetividad operan desde el sutil sometimiento del yo, al consumismo que impera y casi auto-obliga. Todo esto hace alusión a la Teoría Crítica que se postulan en el texto de Horkheimer y Adorno, por el lado de como los medios de comunicación llegan al punto de mercantilización de la realidad social.
Her funciona como un retrato del capital en su fase actual, donde las mercancías hace tiempo dejaron de ser objetos para convertirse en formas desmaterializadas en las que el capital encuentra los mejores modos de colonizar las mentes y los cuerpos. La vida del protagonista tiene un gran giro cuando adquiere un nuevo modelo de sistema operativo inteligente programado para poder adaptarse al usuario, y así de alguna forma lanzándose a la piscina de la búsqueda de sentimientos artificiales para calmar la soledad del hombre contemporáneo. Esta situación no esta muy distante de la que vivimos actualmente, cada vez más ajeno a las personas con las que compartimos un espacio, perdiendo la relación cara a cara, aquella que se habla en el texto de Thompson en la que”en un contexto de co-presencia […] (donde) los participantes comúnmente emplean una multiplicidad de señales simbólicas con el propósito de transmitir mensajes” (Thompson, 1998: 117) y más pendiente a nuestros móviles y pantallas. Theodore y Samantha tienen su última conversación, el protagonista conoce lo ilusorio de su patología amorosa, al mismo instante observa a muchas personas subiendo las escaleras de un metro, mientras manteniendo la conversación privada a través de sus audífonos, esta es otra escena que sirve en este contexto, y nos recalca la necesidad de amor y amistad que podría existir entre un humano y un sistema operativo electrónico.
Para algunos será una locura, otros no lo comprenderán, pero a juzgar por el tiempo que pasamos con los dispositivos, fuera del uso útil, como incluso algunos duermen pegados a ellos o comparten actividades de ocio, como el ejemplo de salir a correr con aplicaciones que les motivan, muestra como la locura del filme no está tan sacada de contexto. Estamos de alguna forma obligados a estar siempre conectados, pendientes, y es que realmente debemos responder inmediatamente al estimulo oportuno, ¿no es esta una nueva forma de esclavitud?.
¿Dónde está limite entre lo real y lo ficticio/tecnológico? tenemos barreras cada vez más inexactas, que comienzan a romperse, las relaciones entre las personas están cada vez más mediadas por máquinas, donde se ve a humanos estableciendo relaciones sentimentales con la inteligencia artificial de sus dispositivos móviles. En la actualidad contamos con toda la entretención e información al alcance de la mano. SI bien esto no significa que no necesitamos de otras personas, pero la tecnología posibilita que seamos más “autónomos”. Con la creación de Google Now o Siri vemos como se está apostando por las inteligencias artificiales. Se ha demostrado como la tecnología puede llegar a lugares insospechados y cuando estos “asistentes” mejoren podrían terminar ocupando un lugar imprescindible de nuestras vidas, llegando a establecerse un vinculo de dependencia absoluta. Nuestra relación con el teléfono móvil con acceso a internet es de total necesidad, el móvil incorpora muchas funciones para hacernos “la vida más fácil” a corto plazo, pero realmente nos esta complicando seriamente nuestra existencia. Porque estamos solos, cada vez más… Cuantas más herramientas tenemos a nuestra disposición y más canales de comunicación abrimos; más solos, abandonados, rotos y fragmentados nos encontramos. Tanto teléfono inteligente y red social a disposición, en algunos casos, puede servir para transmitir una falsa ilusión de compañía a determinadas personas, de que no están solos. La sensación de que es lo mismo, estar conectado, que estar acompañado, y claramente no es lo mismo.
¿No es irónico que la tecnología cuando existe la distancia nos acerca, y cuando estamos cerca nos distancia?.
Tratando el tema de las disfuncionalidades de las personas para convivir con sus miedos y soledad, busca de alguna forma mecanismos de evasión que reemplacen los saltos al vacío que las relaciones humanas generan muchas veces. Reemplazando su soledad por la necesidad, algo que la industria de telecomunicaciones conoce muy bien. Un mundo en que las relaciones interpersonales han sufrido una transformación radical, que por suerte o desgracia nos ha tocado vivir. La descripción de las relaciones personales y gestión de las emociones recuerda a la ansiedad que provocan las redes sociales hoy en día y las ataduras, aunque la patología efectiva del protagonista tiene tanto melancolía como la incapacidad para transmitir emociones. El porno online, las citas sexuales y los videojuegos son placebos pasajeros en Theodore ante la pérdida de identidad de una relación rota y la incapacidad para poder superarlo.
Abandono definitivo de la privacidad, lo que es la esfera intima, la perdida de un tiempo y espacio para estar juntos.. la soledad.
Citas: Thompson, J.B. (1998). Los media y la modernidad. Una teoría de los medios de comunicación. Buenos Aires: Paidós Comunicación.
Un post con bastante sentimiento, bien. Eso sí falta hilado en el argumento, pues si bien es interesante está disperso y no queda claro, hasta muy entrado el texto la tesis del auto.
La cita ingresó de manera muy forzada, hubiera sido mejor una cita de Horkheimer y Adorno, Umberto Eco o Russell Neuman y no sólo del primer autor que leímos en el curso; Hay que mostrar nivel y citando el primer libro eso no se logra.
Es un buen tema y una excelente película. Hacer mayor uso de las lecturas y mejor hilado argumental para la próxima.